Viene de parte 1….Continuación…
Nosotros decimos: Lee y compara
y serás convencido. Léanse las obras de Allan Kardec,
compárense con las de
Desmarets, Molinos, Fenelón, Bossuet; éste último especialmente; quietista por excelencia: se
contentaba con esperar, dejando que el alma fuera perdiendo poco a poco cuanto
constituye su personalidad, para convertirse simplemente en cosa.
Un espiritista no
sería nunca capaz de decir lo que dijo María Alacoque, cuando levanto en
Francia el primer altar al sagrado corazón de Jesús, asegurando que los devotos
del divino símbolo eran salvados sin condiciones, y que no era de una absoluta
necesidad amar El Dios, bastaría con no odiarlo.
¡Blasfemia
inaudita! ¡Perdonable únicamente, porque la profería la ignorancia! ¡Qué cúmulo
de anomalías! ¡Qué espantosa mistificación!
¿Por qué habrá perdido tanto tiempo la
humanidad? ¡Oh!, filosofía Kardeísta, ¡cuánto más conforme estás con la razón!
Tú dices:
“La moral de los espíritus superiores, se resume, como la
de Cristo, en esta máxima evangélica: Hacer con los otros, lo que quisiéramos
que a nosotros se nos hiciese, es decir, hacer bien y no mal. En este principio
encuentra el hombre la regla universal de conducta para sus más insignificantes
acciones.
“Nos enseñan que el
egoísmo, el orgullo y el sensualismo, son pasiones que nos aproximan a la
naturaleza animal, ligándonos a la materia; que, el hombre que desde este
mundo, se desprende de la materia, despreciando las futilidades y practicando
el amor al prójimo, se aproximan a la naturaleza espiritual; que cada uno de
nosotros debe ser útil con arreglo a las facultades y a los medios que Dios
para probarle ha puesto a su disposición; que el Fuerte, y Poderoso deben dar
apoyo y protección al Débil; porque el que abusa de su fuerza y poderío para
oprimir a su semejante, viola la ley de Dios. Nos enseñan, en fin, que en el
mundo de los espíritus, donde nada, puede ocultarse, el hipócrita será
descubierto y patentizadas todas sus torpezas, que la presencia inevitable y
perenne de aquellos con quienes nos hemos portado mal, es uno de los castigos
que nos están reservados, y que al estado de inferioridad y de superioridad de
los Espíritus, son inherentes penas y recompensas desconocidas en la tierra.
“Pero nos enseñan también, que no hay faltas irremisibles y
que no puedan ser borradas por la expiación. El medio de conseguirlo lo
encuentra el hombre en las diferentes existencias que le permiten avanzar,
según sus deseos y esfuerzos, en el camino del progreso y hacia la perfección
que es su objeto final.
“Tal es el resumen de la doctrina espirita dada por los
espíritus superiores.”
Y termina Allan
Kardec la introducción de su filosofía, diciendo: “Concluyamos con una
consideración final. Los astrónomos, al sondear los espacios, han encontrado en
el reparto de los cuerpos celestes, claros injustificados y en desacuerdo con
las leyes del conjunto, y han supuesto que esos claros estaban ocupados por
globos inapreciables a sus miradas. Han observado, por otra parte, ciertos efectos
cuya causa les era desconocida, y se han dicho: ahí debe haber un mundo,
porque, ese vacío no puede existir, y esos efectos deben tener una causa.
Juzgando entonces la causa por el efecto, han podido calcular los elementos
viniendo después los hechos a justificar sus previsiones. Apliquemos este
raciocinio a otro orden de ideas. Si se observa la serie de los seres, se
encuentra que forman una cadena sin solución de continuidad, desde la materia
bruta hasta el hombre más inteligente. Pero entre el hombre y Dios, que es el
alfa y omega de todas las cosas, ¡cuán grande es el vació!. ¿Es razonable que
en aquél cesan los eslabones de la cadena?. ¿Que salve sin transición la
distancia que le separa del infinito?. La razón nos dice que entre el hombre y
Dios debe haber otros grados, como dijo a los astrónomos que entre los mundos
conocidos debía haber mundos desconocidos.
¿Qué filosofía a llenado este vació?. ¿Es espiritismo
nos lo presenta ocupado por los seres de todos los grados del mundo invisible,
seres que no son más que los espíritus de los hombres que han llegado a los
distintos grados que conducen a la perfección, y de este modo, todo se encadena
desde el alfa hasta el omega. Vosotros los que negáis la existencia de los
espíritus; llamad, pues, el vació ocupado por ellos, y vosotros los que de los
espíritus os reís, atreveros a reíros de las obras de Dios y de su
omnipotencia.
La semilla sembrada por Allan Kardec, nos ha hecho
recoger abundante cosecha. Hombres libres, de buena voluntad, han trabajado en
su propio mejoramiento, y han obtenido comunicaciones dignas de ser estudiada
muy detenidamente.
He aquí una de ellas publicada en la Ilustración Espirita, de México en el mas de abril
del año actual. ¡Cuán buena es!. Dice así:
“¡El tiempo ha marchado!.¡Los
años han trascurrido y han formado siglos!
“¡Años de tan dura
esclavitud, horas tan duras de lagrimas y de tormento habéis pasado, pero
habéis sido el rocío fecundo que hace germinar el progreso!. Habéis engendrado
el pensamiento, habéis traído esa libertad de conciencia, en cuyo advenimiento
han trabajado tantas almas valientes.
“Hijos, aprovechad
con paz y con fruto de los tesoros tan penosamente reunidos por vuestros
predecesores en el campo del libre pensamiento.
“La vieja iglesia
Romana ha dejado caer esa corona que hacia de ella la soberana del universo; su
aureola se desvanece; su prestigio se pierde desde que el catolicismo ha
querido sustituir al cristianismo; pero así como el Señor enfrena las
invasiones del Océano, el espíritu de verdad ha levantado la voz y le ha dicho:
¡Tu no iras mas lejos!.
Continuación..próxima
entrega: Basta de abusos, basta de tormentos infringidos en nombre del Dios…DIOS
es infinita misericordia….
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Cada conciencia es una creación de Dios, y cada existencia es un eslabón sagrado en la corriente de la vida en que Dios palpita y se manifiesta.
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