En
los momentos difíciles, cuando nos acordamos de rogar a DIOS, pedirle socorro,
no siempre sabemos interpretar su
respuesta.
Sin embargo, la respuesta siempre llega de acuerdo a
nuestras necesidades y méritos…
Un
hombre que solía hacerle pedidos específicos a DIOS, un buen día logró
entender su respuesta y escribió lo
siguiente:
Le
pedí a DIOS que me quitara el dolor. DIOS dijo no. No cabe a mí quitártelo,
sino a ti renunciar a él.