CONTINUACIÓN….
Los espiritualistas creen que existe un alma
o espíritu que sobrevive después de la muerte física, pero su destino está
definido por su conducta en una única existencia. Para ella sólo hay dos
posibilidades: el cielo eterno para quienes hicieron el bien o el infierno
eterno, para quienes hicieron el mal.
No creen que los espíritus puedan comunicarse
con los vivos, porque Moisés lo prohibió (Deuteronomio 18:10 - 12 y Levítico
19:31 y 20:27). Ahora, si Moisés lo prohibió es porque era posible comunicarse
con ellos, pues nadie prohíbe algo imposible. Y, si los espíritus van al cielo
o al infierno de acuerdo a su comportamiento en la vida, ¿por qué entonces,
vamos al cementerio a recordarlos y orar por ellos? Se supone que ellos no nos
oyen más, o no podemos interceder por ellos, puesto que su suerte está
irremediablemente definida. Jesús, nos mostró que podía ser posible el
intercambio entre vivos y, espíritus conversando con Elías y Moisés en el Monte
Tabor.