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viernes, 25 de julio de 2014

entr # 42 EXAMINÉMONOS A NOSOTROS MISMOS (por Francisco Cándido Xavier y Waldo Vieira)

El deber del espírita-cristiano
 Es el de tornarse progresivamente mejor.
Es útil, por eso, verificar periódicamente, mediante un riguroso examen personal, el estado cierto de nuestra condiciones íntimas.
El espírita que no progresa en un lapso de 3 años sucesivos permanece en un estado estacionario.

viernes, 18 de julio de 2014

entr # 41 UNA LECCIÓN SOBRE LAS CONSECUENCIAS DEL SUICIDIO… León Tolstoi (1828 – 1910).

ANUARIO ESPÍRITA 2007
PRESENTACIÓN:
Hace muchos años, antes de abandonar mi despojo carnal en la Tierra, prometí a Dios y a mí mismo, escribir algo que combatiese el suicidio. No obstante, hasta ahora, no me fue posible el cumplimiento de la promesa, pues se me escapaban argumentos y posibilidades con que demostrar la lógica del mal que el suicidio representa para la Humanidad. Muchas veces me afligí con la noticia de que diversas mujeres, arrebatadas por la pasión del amor humano, habían imitado el gesto de cierta heroína famosa en una de mis novelas,

 1, (Ana Karenina), dándose a la tragedia de un suicidio
Inspirado en ella. En más de un libro que escribí, entonces, pinté el suicidio de sus héroes, pero dejando de presentar el concepto moral, la consecuencia aterradora de tal gesto en la vida del Más Allá, para aquél que lo practica en la Tierra. 

jueves, 3 de julio de 2014

entr # 40 RESUMEN DE LA DOCTRINA DE SOCRATES Y PLATÓN

I. El hombre es un alma encarnada. Antes de su encarnación existía unida a los tipos primordiales, a las ideas de lo verdadero, del bien y de lo bello, de las que se separa encarnándose, y recordando su pasado, está más o menos atormentada por el deseo de volver a él.
No puede enunciarse más claramente la distinción y la independencia del principio inteligente y del principio material; además, es la doctrina de la preexistencia del alma, de la vaga intuición que conserva de otro mundo al cual aspira de su supervivencia al cuerpo, de su salida del mundo espiritual para encarnarse y de su vuelta a este mundo después de la muerte; es, en fin, el germen de la doctrina de los ángeles caídos.